Como no nos hemos cansado de repetir, la crisis que tiene la Compañía de María en España no se puede proyectar sobre nuestro colegio y acompañarla de motivos tan peregrinos como la crisis de matrícula, la crisis económica o el estado del edificio (ya le gustaría a muchos colegios concertados de la región gozar de unas instalaciones como las nuestras). El periodista Francisco José Fernández de la Cigoña, en su bitácora La cigüeña de la torre dedicada a la actualidad de la iglesia católica, ha escrito un texto sobre la situación que atraviesa nuestro colegio, enlazado con la de la Compañía de María en España. De él extraemos el siguiente fragmento:
Las monjas de la Enseñanza han sido en España una referencia. Cientos de miles de jóvenes se educaron en sus colegios en los que desarrollaron una labor admirable. Eran absolutamente jesuiticas, hasta el extremo de que el verdadero nombre de la Orden es el de Religiosas de la Compañía de María Nuestra Señora. Compañía de Jesús, Compañía de María. Quisieron ser lo mismo en femenino.
Fueron tantos sus méritos que hasta llegaron a perder, ante la mayoría de las gentes, su verdadero nombre. Y pasaron a ser las monjas de la Enseñanza. Por antonomasia. Más que cualesquiera otras. Por algo sería.
Pero llegó el postconcilio y la crisis de la Iglesia y en concreto de la Compañía de Jesús las arrastró. Y hoy, con las excepciones personales que se quieran, son una de las congregaciones femeninas más secularizadas. Y eso las ha hundido. Porque han desaparecido las vocaciones.
No estoy en situación de suministrar a mi amable lector la serie de ese descenso que, salvo milagro, las lleva a la desaparición. Seguro que en el obispado de Santander tienen los Annuarios Pontificios y, por ellos, se puede seguir ese precipitarse en el vacío. Otra cosa es que le permitan acceder a ellos. Pero eso ya no es cosa mía.
Yo sólo dispongo de los correspondientes a los años 1974, 1987 y 2001. Y son suficientemente ilustrativos. En 1973 había 3.120 religiosas de la Compañía de María. En 1986 eran ya solamente 2.386. Y en 2000, eran ya sólo 1.866. Hoy supongo que rebasarán en muy poco las 1.500. Y eso que a tantos fastidia que se diga pero que es pura verdad de Dios.
Merece la pena leer el texto completo para añadir estos detalles a la visión de conjunto que hemos ido formando en los últimos once meses. Podéis leerlo en el siguiente enlace.
Son ellas las que están en crisis, no nosotros. Y no sólo de vocaciones.