La Asociación comienza su andadura aprovechando el tremendo impulso proporcionado por la Coordinadora. Convencidos de que la unión hace la fuerza, nos agrupamos en torno a la noticia del cierre del colegio La Enseñanza, nuestro colegio, y en un primer momento creamos la Coordinadora de afectados por el cierre. En esa dirección hemos trabajado hasta ahora afrontando el serio problema que se nos planteó.
El punto de partida de la asociación La Enseñanza Siglo XXI es lo vivido, una experiencia aleccionadora de que no hay que rendirse. Nuestra web ha mostrado desde el principio una clara intención de luchar para conseguir lo que creemos que es justo. La crisis vivida nos ha permitido pasar de la angustia a la esperanza. Seguimos vivos y fuertes, la confianza que habéis depositado en nosotros y nuestra firme creencia de que las cosas tienen arreglo nos han llevado a trabajar desde febrero y seguiremos haciéndolo bajo esta nueva denominación que define con rotundidad nuestra esperanza en el futuro
De la responsabilidad que supone el valorar algo que generaciones anteriores han ido creando y de la ilusión de mantenerlo, mimarlo y mejorarlo, adaptándolo a futuros retos, surge La Enseñanza siglo XXI. No es tarea fácil, pinta en oros (o en euros), y muchos condicionantes sobrevuelan sobre Vía Cornelia, por eso debemos trabajar con una inteligencia resuelta, debemos inventar soluciones y marchar con decisión, éste es nuestro compromiso.
Nuestro primer objetivo es la continuidad del colegio, y a él vamos a dedicar todos nuestros esfuerzos en el futuro más inmediato, adaptándonos a las situaciones que se nos vayan planteando, teniendo claro dónde queremos llegar. Era importante tener un soporte jurídico para nuestros próximos encuentros con organismos y administraciones, e incluso con la Orden, y también por eso se plantea la Asociación. Queremos representaros a todos, ser la cabeza visible de un colectivo que comparte objetivos, que comparte el ilusionante proyecto que estamos comenzando a crear y del que todos vosotros formáis parte. Como ya hemos dicho en ocasiones, hemos plantado una semilla pero habrá que regarla y cuidarla para que de el fruto deseado, ésta es nuestra misión.
Personalmente, no he perdido la esperanza de llegar a sentarnos en una mesa con las religiosas de La Compañía de María en el convencimiento de que ambos tenemos un mismo objetivo. Creo que el mantenimiento del colegio debería ser para la Compañía de María una “obligación”; el patrimonio que recibimos de nuestros ascendientes no es un regalo que ellos nos legan, es una obligación de cuidarlo y mantenerlo que asumimos para los que nos sucedan. Me gustaría que lo entendieran así y unir nuestras fuerzas para afrontar las dificultades que el presente plantea, pero sin abandonar, seguro que Santa Juana no aprobaría el abandono. Nosotros queremos seguir adelante con el proyecto, estamos preparados y dispuestos a trabajar codo con codo por marcar las líneas fundamentales de esta continuidad. Coordinemos intereses y voluntades y lleguemos a un fin común, como ya he escrito algunas veces: “es preciso ponernos brevemente de acuerdo”. Éste es nuestro reto.
Gracias por confiar en nosotros, seguimos caminando juntos.
QUE NO SE APAGUE LA LLAMA
Mar Martínez Díez (presidenta de la asociación)