Pilar Serna Mier nos ha hecho llegar al correo electrónico la siguiente carta. ¿La leemos todos juntos?
Hola a todos y a todas.
Hace ya varias semanas que hemos iniciado un camino que todavía no sabemos a ciencia cierta hasta dónde nos va a llevar, pero lo que en estos momentos siento es la necesidad de compartir con todos vosotros y vosotras mi percepción del asunto.
Para empezar deciros que no sé si escribo esto como madre afectada, como antigua alumna del colegio Compañía de María, como miembro de la Coordinadora de afectados o como pedagoga que ejerce su profesión docente en un instituto de forma comprometida y responsable.
En cualquier caso, soy todo esto y desde estos puntos de vista me voy a expresar.
Considero que la noticia del cierre de mi colegio y el colegio de mis hijos fue un auténtico mazazo para todos, ya que no tuvimos noticias ni siquiera avisos de lo que se venía fraguando tras los muros del colegio, pero en estos momentos creo que todos hemos digerido ya la situación y hemos sido capaces de reaccionar y organizarnos para poder buscar soluciones, y esto es lo más importante.
Tengo absoluta seguridad en que la dirección que hemos tomado en cada uno de los grupos de trabajo en que se desglosa la Coordinadora es la correcta y estoy convencida de que los resultados no se van a hacer esperar. Pero que nadie piense que esto es fruto de una fe ciega en algo etéreo, que no tiene una base certera… no es así. Estoy asegurando que existen evidencias lo suficientemente contrastadas para poder seguir creyendo en que el colegio Compañía de María no va a cesar su labor educativa y podrá continuar con un proyecto compartido por toda la Comunidad Educativa que ofrezca garantías de futuro.
Es necesario que TODA la Comunidad Educativa estemos unidos y coordinados para conseguir el único objetivo que nos mueve a hacer todo esto, que es que podamos tener nuestro colegio como mínimo 400 años más.
Somos muy afortunados porque tanto profesores, como padres y alumn@s hemos sido capaces de transmitir a la sociedad cántabra e incluso más allá de nuestra Comunidad que el colegio Compañía de María no se va a rendir y tenemos las herramientas y los recursos necesarios para conseguirlo.
Sólo voy a añadir que de mi niñez y pre-adolescencia vivida en este colegio guardo muchas cosas, pero en concreto hay un recuerdo muy poderoso que ahora veo como algo real reflejado en mi hijo y es el de la fuerza que nos da el sentirnos un grupo unido que comparte sentimientos, vivencias, etc… y esto es lo que nos está dotando de la perseverancia necesaria para lograr el éxito final.
Que no decaiga este espíritu y esta resolución.
Hago un llamamiento desde aquí a ésta, nuestra Comunidad Educativa, para seguir cosechando logros que finalmente se materializarán en un proyecto educativo aún mejor, si cabe.
Espero que mis hijos y los vuestros puedan seguir compartiendo bocata, patio, risas, bromas y alguna que otra pirueta gimnástica… y sobre todo mucho, mucho afecto por parte de los que contribuyen a que su día a día sea más agradable.
Espero también, que los padres, nosotr@s, sigamos siendo una piña y constituyamos un referente educativo para Cantabria, por protagonizar ésta y otras experiencias tan enriquecedoras para nosotr@s como para nuestros hij@s. Porque la colaboración en la educación de nuestros hij@s que hemos tenido la oportunidad de practicar desde el colegio es algo único y valioso que no podemos permitirnos el lujo de perder.
Sólo a través de esta unidad seremos capaces de convertir lo que parecía imposible en algo cierto y real.
Por último a los profesores de mis hij@s, que antes lo fueron míos también, quiero expresarles mi admiración, respeto y apoyo, no sin altas dosis de cariño y emoción. Sin vosotr@s yo no sería lo que soy, probablemente y con vosotr@s lo vamos a conseguir.
Para todos vosotr@s.