La AMPA ha convocado para mañana Lunes a las 19:30 horas en el salón de actos del colegio un encuentro para presentar el plan de viabilidad que ha preparado nuestra coordinadora. Los padres y madres que deseen conocerlo están invitados a asistir.
Nuestras cartas están sobre la mesa y nuestra mano continúa tendida. Es el momento del diálogo.
Miren:
En todo este asunto nadie tiene la suficiente autoridad moral como para creer que puede juzgar a la otra parte.
Les molestan las formas que estamos utilizando…
¿Y creen que a nosotros nos gustan las suyas?
Les molesta salir en los medios.
¿Y creen que a nosotros nos gusta?
Hay formas, hay razones, hay sentimientos… Es mi opinión, solo mi opinión, pero creo que no pueden quejarse (en general, y salvo excepciones) del tono de nuestra voz: ha sido ajustado, sin gritos, razonado, argumentado, sentido y, dejenme que se lo diga, bastante bastante profesional.
A partir de ahora (y lo digo antes de conocer su respuesta al plan de viabilidad presentado) no se si las formas, las razones y los sentimientos serán igual de comedidos (deseo que así sea, aunque intuyo que no)
Para mi no hay contrarios, ni enemigos, ni culpas, ni malas intenciones, ni abandonos, ni amenazas…
Para mi hay formas, razones, sentimientos… pero también hay dignidad, y lealtad, y derechos!, no lo olviden.
Ustedes han asumido la decisión que han tomado o la que puedan tomar y también las consecuencias. Esto se respeta.
Ustedes deciden, tienen TODO EL DERECHO!
Nosotros luchamos, tenemos DERECHO!
De deberes mejor no hablemos…
«….si persistiésemos en afirmar que somos nosotros quienes tomamos nuestras decisiones, tendríamos que comenzar dilucidando, discerniendo, distinguiendo, quién es, en nosotros, aquel que tomó la decisión y quién es el que después la cumplirá……En rigor, no tomamos decisiones, son las decisiones las que nos toman a nosotros» JOSÉ SARAMAGO
Y siendo así, ¿por qué cuesta tanto reconsiderar las decisiones tomadas?
Acabo de salir de la reunión y estoy con Ramon Meneses a 100 x 100, en estos momentos de espera vale más un niño más en el centro que la respuesta de la otra parte.
Ahí es donde esta nuestra mano, cuánto mayor sea el muro a derribar, mayor dificultad en tomar la decisión de derribarlo.
Y si el muro al final es derribado, cosa que no creo, nuestros corazones nunca lo olvidarán.